Oleoturismo en las Arribes del Duero
Venga, reconócelo, puede que seas de pueblo, pero ya casi te pasa como a los niños, que a fuerza de ver la leche en el brik ni te planteas la vaca como su fuente natural. Y así andamos la mayoría, que en cuanto nos acercamos a vivir el origen de las cosas, flipamos con la experiencia. Esta vez en las Arribes del Duero de Salamanca,
Eso nos pasó a nosotros cuando Loli, de Aceiteros del Águeda y Manolo, de la Posada los Aceiteros, nos invitaron a Ahigal de los Aceiteros para conocer cómo se hace el aceite. Bueno, más que a conocer, nos acompañaron a vivirlo, que es mucho más chulo y se aprende más. Y es que como ves, ya hasta en el nombre sabes que estás en buen lugar para hacerlo, que es algo que llevan muy unido a la vida del pueblo.
Nos moló tanto la experiencia, que te la recomendamos con todas nuestras fuerzas. Bueno espera, ¿hemos dicho fuerzas? Nos hemos expresado mal. Con razones, queríamos decir. Mucho mejor:
7 razones para conocer vivir, cómo se hace el aceite en las Arribes del Duero
1. Disfrutar de un plan tranquilo, diferente, y muy auténtico en las Arribes del Duero
Si andas buscando ideas para irte de turismo rural, un plan tranquilo pero con algo que ver y que hacer, más que estar metido en la casa o ir al bar del pueblo, aquí tienes una para que apuntes, o mejor, para que la vivas por ti mismo. Un plan perfecto para ir con tu pareja, con los peques o con tu grupo de colegas.
Nosotros nos alojamos en la Posada de los Aceiteros de Ahigal de los Aceiteros (Salamanca). Tienen habitaciones decoradas con mucho encanto, y el desayuno incluido con productos de la zona para chuparte los dedos. Pero eso te lo contamos luego, que ya es por si mismo motivo para acercarte a conocerla.
Pero además de la Posada, lo recomendable de la escapada es conocer cómo se hace el aceite, paso a paso. De eso se encarga Loli, de Aceiteros del Águeda, que te muestra su tierra desde la perspectiva de alguien que siempre ha vivido en el pueblo, lo conoce muy bien y quiere darlo a conocer porque sabe todo lo bueno que encierra.
A nosotros nos llevó a conocer los olivos, los paisajes, la gente del pueblo, la almazara… Algo totalmente diferente a lo que se hace normalmente cuando vas de turismo rural. Y nos encantó.
2. Conocer la zona de las Arribes del Duero en Salamanca
Es una zona de la que todo el que la conoce habla maravillas, y sin embargo no es muy conocida a pesar de ser declarada Reserva de la Biosfera Transfronteriza en 2015 por la Unesco. Una pena que te la sigas perdiendo, tú que disfrutas un montón con los paisajes naturales y con las rutas de senderismo.
Y aunque hoy te hablamos de la experiencia del oleoturismo en Ahigal, si quieres hacer alguna escapada por la zona, te hacemos una recomendación especial: Mieza de la Ribera. Con unos miradores al río Duero haciendo de frontera natural entre España y Portugal alucinantes. Que no es que lo digamos nosotros desde la perspectiva del cariño. Mejor valora tú mismo.
? Aquí te dejamos los miradores más imponentes de las Arribes del Duero para que puedas comprobarlo por ti mismo
3. Hacerte el moderno con tus amig@s cuando les cuentes todo lo que has aprendido de la aceituna, los olivos y el aceite, en esta zona de las Arribes del Duero
Como que son tres los tipos de oliva: el Zorzal de Arribes, que da un aceite muy fino. La Manzanilla o Negrilla, que llaman en la zona, y la Carraspeña.
Cosas como que:
“No porque el árbol sea más viejo es mejor” (como ocurre con las cepas) sino que “lo ideal es que tenga más ramas nuevas de donde salgan más aceitunas”.
Lo mismo pasa con la aceituna. “Que no porque sea más grande es mejor para hacer aceite”, sino todo lo contrario, “que cuanto más grande suele tener más agua y es peor”.
Y que “por muy buena pinta que tenga la aceituna no se puede comer del árbol”.
Que “un olivo tarda, estando bien cuidado, 7 años en dar producción”.
Que “para hacer un buen aceite está prohibido coger la aceituna del suelo y sólo se utiliza el fruto recogido del árbol en el día”.
O que “de cada olivo al año salen 10 kilos de aceituna y que para hacer un litro de aceite hacen falta 9 kilos”.
Vamos, que casi casi te puedes ganar el Trivial aceitero ?
4. Conocer todo el proceso del aceite de oliva
El proceso al completo, desde la aceituna en el árbol hasta que la ves ya convertida en aceite y lista para el envío, cada paso, desde el principio al fin.
Además si vas en Noviembre, como hicimos nosotros, puedes ver cómo se recoge la aceituna para hacer el aceite. Se recolecta en un mes, en lo que la gente de la zona llama el envero, cuando la aceituna cambia de verde a negra, que es cuando más calidad tiene la aceituna.
? Para que vayas de avanzadilla, que sepas que en la zona utilizan 3 tipos de vareo:
El vareo manual: Un palo, ganas y a darle a las ramas para que caiga la aceituna. Super chulo para un rato, pero agotador al cabo de poco. Eso sí, desestresante 100% para los que somos urbanitas. Aunque te acuerdes de las generaciones pasadas y lo que supone trabajar en el campo.
Al estilo más moderno: con el tractor. Se agarra el tronco desde la base y la máquina sacude el olivo. Menos curro y en un minuto se hace un árbol.
5. Visitar una almazara tradicional y una moderna
Para que sepas como se hace el aceite hoy en día en la primera almazara ecológica de Castilla y León, y cuando veas la botella en casa, te venga a la cabeza todo lo que aprendiste con esta escapada.
Para que el aceite sea de calidad se utiliza solo la aceituna que ha sido recogida en el día. Los agricultores de la zona traen sus aceitunas, se pesan y se lo llevan todo convertido en aceite.
Al llegar el fruto se mete en un deposito general y de allí, una vez quitadas las ramas y lavadas, pasa por una cinta transportadora que la lleva a la prensa.
Lo más chulo es ver cómo se convierte en un líquido denso, con el olorcito del aceite rico, así, en unos pocos pasos, delante tuyo. El aceite queda almacenado en cubas metálicas, ya que los Aceiteros del Águeda envasan bajo pedido y hacen envíos en dos días a cualquier parte.
Y una vez que hayas visto cómo se hace el aceite hoy en día, si te alojas en la Posada los Aceiteros, puedes también visitar la almazara tradicional del pueblo para ver cómo se hacia el aceite para consumo familiar en la zona, hasta hace bien poco.
6. Catar el aceite
¿Eins? ¿Catar el aceite? Si, majo, una experiencia de lo más curiosa también. Pero tu tranquil@, que aunque no lo hayas hecho antes, te van a explicar cómo descubrir todos los matices, algo de lo más sorprendente.
7. Saborear los platos de la Posada Los Aceiteros
Otro gran descubrimiento y otro de los motivos, ya casi por sí mismo, para recomendarte la visita a Ahigal: Comer en la Posada.
Platos que parecen de menú 5 estrellas. No podemos decirte qué es lo que más nos gustó, porque nos gustó todo. Una de esas escapadas que ya solo por la comida, merece la pena hacer. Alucinante.
Pues nada, para cuando quieras, ya tienes plan: La experiencia del oleoturismo en las Arribes del Duero: alojarse en una posada rural, comer de lujo y aprender todos los entresijos del aceite rico.
